Todos los cables de Internet en el mundo: más de 293 tubos transocéanicos

Aproximadamente 293 tubos transocéanicos recorren todo el mundo para llevar conexión a varios puntos del planeta, la mayoría pertenecen a Google, Facebook, Micrsoft y otras empresas . 

Muchos piensan que realmente el Internet viaja solo por el aire. Sin embargo el Internet si tiene un soporte físico que puede ir desde satélites, hasta cables submarinos. Estos últimos son los que permiten que la población pueda tener acceso a Internet. Para ello, existen más de 292 tubos que proveen de servicios de telecomunicaciones a todos el planeta y que se encuentran en los diferentes mares de todo el mundo.

Desde Miami hasta Japón, 293 cables submarinos recorren lo más hondo de los océanos y los mares para interconectar los continentes entre sí. Cada uno de ellos tiene puntos de conexión con diferentes países a través de sus costas, de tal manera que actúan como las «venas y arterias» de Internet para que esta red funcione.

Algunos de estos cables están activos en toda su extensión; otros siguen en construcción a la espera de ser acabados este mismo año 2017. Su origen está en el cable de cobre que necesitaba el servicio del telégrafo para funcionar: conforme este servicio fue quedando obsoleto, dio paso a la construcción e implantación de cables de fibra óptica en su lugar, aumentando conforme han ido pasando los años su longitud y su número para satisfacer las necesidades de toda la población mundial, que también ha ido creciendo y requiriendo más y mejor conexión.

La mayoría del conglomerado de cables pertenece a los grandes gigantes de la comunicación, sobre todo a Google, Facebook, Microsoft y otras grandes empresas telecomunicadoras con presencia mundial de gran importancia.

El primero de los cables masivos transoceánicos construidos fue el que une el Reino Unido con Estados Unidos. Tras él, decenas de cables se fueron sumando a la ecuación, conectando entre sí buena parte de Sudamérica, Europa al completo con Asia y África, Norteamérica con países asiáticos como Japón y China, etc. El cable situado a una profundidad mayor está en Japón y llega a los 8 mil metros por debajo del nivel del mar. El sitio Sumbarine Cable Map cuenta con un mapa interactivo para ver todas las líneas que recorren el mundo.

Dependiendo de qué zonas conecten, de cuántos kilómetros recorra y de quién esté detrás de su creación, algunos son más resistentes que otros, pero los materiales y los aislantes que componen estas creaciones hacen que todos sean duraderos (salvo accidentes o desastres). Los cables más resistentes son propiedad de Reino Unido y de Estados Unidos.

A pesar de este despliegue de medios, no es solo construir y olvidar, sino que los cables necesitan un mantenimiento y una atención constante por los problemas que pueden tener o generar. Los cables se dañan por los propios factores ambientales (terremotos y maremotos, por ejemplo), pueden verse implicados en accidentes con buques pesqueros y anclas de barcos (algo bastante común), la propia fauna marina puede deteriorarlos (mordiscos de tiburón), interfieren en determinadas actividades militares y, aunque en menor medida debido a la profundidad de muchos de ellos, también pueden sufrir sabotajes humanos.

EL CABLEADO ESTATAL CORRE A CARGO DE LAS TELECOMUNICADORAS

Una vez llega la conexión a la costa de un país, de ahí hay que llevarla a todo el territorio estatal, creando redes (y ampliando las ya existentes según demanda) que interconecten hasta el último rincón de la superficie. ¿Cómo se hace esto? Con más cables y con la infraestructura de telecomunicación necesaria para que la conexión fluya.

El cableado de fibra óptica está por doquier. Las fibras recorren más de 2 millones de kilómetros o lo que es lo mismo más de 5 veces la distancia de la Tierra a la Luna.

En resumen, el Internet que conocemos hoy es posible por los cables submarinos que recorren el mundo. Cuando estos llegan a las costas, más cableado hace posible que cualquiera navegue por Internet o se aproveche de sus múltiples funciones. Aunque no lo veamos, todo funciona por la conexión de cables, por la parte física que en muchas ocasiones es desconocida por los usuarios a pesar de ser esencial.

Con información de Excelsior.

Abogado por la Universidad Panamericana (México) y abogado ejerciente colegiado por el Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid. Cuenta con un posgrado en Derecho y Negocio de las Nuevas Tecnologías, Internet y Audiovisual. Especialista en temas de Telecomunicaciones, Medios, Tecnologías y Protección de Datos. Actualmente, Analista Especialista en Riesgos de Privacidad en Aquanima Grupo Santander en donde lleva a cabo la gestión de riesgos de proveedores de Grupo Santander para Reino Unido y resto del Grupo dentro de VRAC (Vendor Risk Assessment Centre). Es, asimismo, profesor de posgrado invitado en la Universidad CEU San Pablo.